Por: Ramón Antonio Veras
1.- La mayoría de los integrantes del pueblo dominicano ha sido condicionada para que vea en el haitiano inmigrante negro y pobre una cosa mala.
2.- Por su parte, el inmigrante haitiano permanece aquí en condición de inestabilidad y temor, con la fundada sensación de que en cualquier momento le puede ocurrir lo peor.
3.- Las mujeres haitianas que se acercan a los centros hospitalarios dominicanos con la intención de recibir asistencia médica para parir, lo hacen bajo estado de miedo muy intenso.
4.- Lo que hemos visto en centros hospitalarios dominicanos que tienen como objetivo atender a parturientas es para indignarse, montarse en cólera y sentirse reducido como persona.
5.- No tiene nada de exageración exponer sobre el terror que se apodera de las mujeres haitianas las veces que se ven en la necesidad de visitar un hospital nuestro para parir. Creen que van a un lugar de castigo eterno, a un infierno.
6.- Es una intranquilidad espiritual, ahogarse de tormento, el hecho de una haitiana parir, teniendo frente a frente, cara a cara, al médico que la asiste y a un inspector de migración, papeles en manos, listo para montarla en la camiona y deportarla.
7.- La situación agobiante, intranquilidad, inquietante desasosiego y zozobra llevó recientemente a una haitiana embarazada a la muerte.
8.- La señora Lourdia Jean Pierre, madre de cuatro hijos, comenzó a sentir los dolores de parto y decidió no acudir a un centro de salud por temor a ser deportada. 1
9.- Lourdia Jean Pierre prefirió parir sola para evitar la deportación y dejó a sus demás hijos en la orfandad. Alumbró en la sala de su casa y al poco rato falleció. 2
10.- Así por así, como si nada, una madre inmigrante muere sin asistencia médica, por temor a ser enviada a su país, y fallece desprotegida, desamparada, desasistida, pura y simplemente derrotada.
11.- La sociedad donde estamos viviendo, alegadamente democrática y cristiana, permite que una mujer muera al parir, en su casa, por temor a ser deportada.
12. Cuantas veces en nuestro país, desde el gobierno, se habla de humanismo, hospitalidad y compadecerse, hay que recordarle a la señora Lourdia Jean Pierre.
13.- Por muy preparada que esté la sociedad dominicana para recibir las más deshumanizadas informaciones sobre la inmigración haitiana, el caso de la parturienta Lourdia Jean Pierre es para no olvidar.
14.- El asunto de la haitiana que murió al parir sin asistencia médica es para herir el amor propio, hacer bajar la cabeza, sentirse ofendido como ser humano sensible. Es algo degradante que motiva achicarse como persona de bien.
15.- Guardar silencio de lo ocurrido con la señora Lourdia Jean Pierre es aceptar vivir deshonrado, vejado, pisoteado, mancillado y convertido en una afrenta social.
16.- Lo sucedido a la señora Lourdia Jean Pierre es para que las dominicanas y los dominicanos sensibles manifiesten su indignación y de cualquier manera hacer saber que lo ocurrido a la madre muerta de parto nos reduce como país.
Santiago de los Caballeros