Por Andy Mieses
El profesor Juan Bosch desde que asumió la presidencia de la Republica en 1963, proyectó con sus acciones ser un presidente que sentía el dolor que ocasionaba la miseria en las hijas y los hijos del pueblo dominicano.
Muestra de ello fue la austeridad que demostró el mandatario dominicano, en el gasto de los fondos públicos desde que asumió su mandato el 27 de febrero de citado año, en sus intercambios protocolares en el Palacio Nacional, en vez de bridar bebidas caras importadas, ofrecía agua de coco, café y guarapo de caña, entre otros brindis de bajo costo.
Esta preferencia del político y literato del valle fértil de La Vega Real, cambiaba el estilo de derroche y francachela que exhibía en sus encuentros sociales la gestión gubernamental de corte dictatorial que le antecedió.
“Tenemos que reducir nuestros gastos. O tenemos que aumentar nuestras entradas, porque nosotros no podemos seguir viviendo como Gobierno en ese desorden”, sentenció Bosch, en una reseña publicada por el periódico El Caribe el 5 de abril de 1963,P. 10.
Indudablemente que el referente ético de la política dominicana, asumía un compromiso ideológico en su ejercicio de gobierno y por tal razón, accionaba en el terreno de las ideas en defensa de los mejores intereses del pueblo.
Es una postura antítesis del manejo austero de Bosch en tiempo de crisis, la decisión del actual gobierno, de invertir 18 millones de pesos para la confección de 3,215 chabacanas para ser regaladas a los participantes en la Décima Cumbre de las Américas a celebrarse a inicio de diciembre de 2025, en la zona turística de Punta Cana, que de seguro las bebidas espirituosas extranjeras de alto costo, estarán a la chorrera.
En tiempo de crisis como se vive hoy en República Dominicana, prefiero regalar en ese encuentro diplomático piezas artesanales que representen la dominicanidad y las bebidas preferidas por el presidente Bosch, entre ellas, el agua de coco.
Juan Mieses <juanmiesesp@gmail.com>
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