Cuando retorno al país, suelo reunirme con amigos para discutir la situación política. Esta vez, hablamos de ineficiencia. Unos creen que el grupo gobernante es esencialmente ineficiente; otros creen que planifican los actos de ineficiencia con fines económicos; me suscribo a este último grupo.
“Son ineficientes profesionales, o profesionales de la ineficiencia, como quieras ponerlo”, dijo un amigo de forma categórica. “Este grupo quizá sea el mejor intencionado, pero el peor organizado, son muy malos gobernantes, horribles administradores”, aseguró otro.
“Quizá su gran aporte fueron las “libertades públicas’, que conquistamos con Antonio Guzmán (1978-82,” asegura una amiga. “Después de dos períodos de gobierno, Guzmán y Salvador Jorge Blanco (1982-86) demostraron lo bueno que era (Joaquín) Balaguer y retornamos a Balaguer en 1986. Dijo un amigo antes de agregar: “Y parece que repetiremos la historia; luego de dos períodos del presidente Luis Abinader, quizá retornemos al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) o a Leonel Fernández.”
“No seamos tan duros con ellos”, intervino uno. “En el pasado, nos tomó dos presidentes saber que el grupo no servía para nada; ahora logramos comprobarlo con un solo presidente. Ese es un paso de avance”, aseguró.
Me luce que esta ineficiencia es absolutamente planificada y deliberada con fines claramente económicos. La crisis energética actual es deliberada, busca deteriorar el servicio, llevarlo a un punto tan crítico que aceptaremos lo que ofrezcan.
Y ofrecerán un acuerdo “público-privado”, un “fideicomiso” que beneficiará a grupos económicos cercanos al gobierno, nos arrodillarán, y aceptaremos cualquier cosa. Ese también sería el futuro del deteriorado sistema educativo. Pueden ofrecer vouchers para que los padres paguen el colegio privado de su elección, claro, dentro de una lista preseleccionada por el mismo gobierno que distribuirá el dinero. Lo intentaron con el teleférico de Puerto Plata.
Más que ineficiencia, hay mucha malicia, perversidad deliberada; son muy eficientes cobrando impuestos.
Los políticos no hacen barrabasadas por ineficiencia, las hacen por dinero.
Aceptar la ineficiencia pura y simple es muy reduccionista, alguien se beneficia de esta “ineficiencia planificada”, sin dudas